Nuestro Primer Estado

Habiendo escuchado atentamente al ministro, Jim comenzó a examinar su vida. La charla de intimidad con Dios tocó un nervio que reveló su necesidad interior. Durante la sesión de preguntas y respuestas, Jim no podía permanecer en silencio. Poniéndose en pie, explicó que hace muchos años, había entregado su vida a Jesús. Él dijo: “He hecho todo lo que debía hacer. He asistido a la iglesia, he sido fiel a la lectura de la Biblia y la oración y he dado dinero a mi iglesia. Sin embargo, rara vez he experimentado intimidad con Dios.

Una Vida con Dios

Una de las historias más poderosas en el Nuevo Testamento sobre un encuentro con Jesús que cambia la vida, es la historia de los dos discípulos en el camino a la ciudad de Emaús el día de la resurrección de Jesús (Lucas 24:13-35). Aunque esta es una historia única, se ha convertido en un ejemplo del sendero en la gracia para muchos, y sin duda para mí.

Plenitud en Cristo

Como hijo de pastor nazareno crecí escuchando cantar el himno: “Maravillosa gracia, vino Jesús a dar. Más alta que los cielos, más honda que la mar. Más grande que mis culpas, clavadas en la cruz. Gracia que sacia el alma con plena salvación. Gracia que lleva al cielo. Es la maravillosa gracia de Jesús”. El Director de Alabanza tenía en una mano el himnario abierto y agitaba entusiastamente la otra, animando a la congregación.

Ven, Sígueme

El “Sendero en la Gracia” es una invitación a experimentar una vida de poder transformador que cambia a una persona, de una vida de pecado a una vida de gracia, una vida de favor incondicional e inmerecido de Dios, que se revela a todos lo que lo siguen.

Al Borde de Todo

La frase “Al borde de todo” (On the Brink of Everything) está tomada de un libro publicado recientemente por Parker Palmer.[1] El Dr. Palmer es un renombrado educador, escritor y pensador. No hace mucho cumplió 80 años y en su libro repasa el panorama de su vida. De hecho, el subtítulo del libro es: “Gracia, Gravedad y Envejecer”.

La Vida es como un Sendero

Nuestra vida espiritual es como un sendero: un sendero en la gracia. Comienza cuando escuchamos el llamado de Dios para venir y seguirlo, para poner nuestra fe en Jesucristo. Esto fue cierto en la vida de Simón Pedro. Un día, estaba limpiando sus redes de pesca con su hermano Andrés. Jesús los miró y los invitó a venir y seguirlo. Inmediatamente, Pedro y Andrés dejaron todo y siguieron a Jesús. Esa decisión les cambió la vida.

El Sendero en la Gracia

Cuando comencé a servir como director global de los Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado (MIEED) en agosto de 2018, muchas personas me preguntaron: “Cuando hablas de discipulado, ¿Qué quieres decir con "discipulado’ ¿Quieres decir ‘escuela dominical’? ¿Te refieres a grupos pequeños? ¿O te refieres a ‘mentoreo uno a uno’?”. Me he preguntado si me lo decían para ver en qué “bando” estaba para poder decidir si valía la pena escucharme. Sin embargo, sus preguntas revelaron que teníamos un problema.

Elementos Esenciales del Discipulado

El tema del discipulado inmediatamente me trae a la mente mi infancia. Tuve la fortuna de ser discipulado por mis padres. La vida de mis padres fue un modelo encarnacional de discipulado. Las actividades de la semana y las conversaciones familiares alrededor de la mesa guiaron a cada uno de nosotros hacia Cristo. Si hubo un plan de discipulado formal, nunca lo vimos, pero sabíamos las lecciones de memoria. Era acerca de quiénes éramos y qué hacíamos como cristianos.

Crianza Intencional

La tradición judía se refiere a Deuteronomio 6:4-5 como el Shemá. Shemá es una palabra hebrea que significa “escuchar” y es la primera palabra en este texto judío: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.

Creciendo en Gracia

La primavera pasada, mientras caminaba por nuestro jardín, me emocioné al ver las plantas de tomate de rápido crecimiento y el tamaño de la fruta que producían. Después de varias semanas de cuidar, quitar las malas hierbas y regar, llegó el día en que los tomates estaban maduros y listos para cosechar. Caminando cuidadosamente a través de las plantas de tomate, recogí varios tomates rojos y grandes; pensé en mi infancia y en los grandes y exuberantes jardines que cultivaban mis padres.