El Poder de una Vida Agradecida
Hace varios años Diane y yo tuvimos el privilegio de escuchar hablar a Zig Ziglar en una conferencia de liderazgo de un día. Fuimos invitados por una pareja que eran nuevos conocidos nuestros, y la experiencia fue el comienzo de una entrañable amistad. Ese día, escuchamos a Ziglar decir: “La gratitud es la más saludable de todas las emociones humanas. Cuanto más gratitud expreses por lo que tienes, más probable es que tengas aún más por qué expresar gratitud”.
A medida que leemos la Biblia, descubrimos que los autores de las Escrituras a menudo nos alientan a expresar gratitud y acciones de gracias. Tanto David como Pablo nos animan a tener corazones agradecidos. David escribe: “Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre” (Salmo 107:1). Pablo refleja este pensamiento en Efesios 5:20, donde nos insta a estar “dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Hay un gran poder en la vida agradecida, incluido el poder para reconocer aún más por qué estar agradecido. Vivir una vida agradecida trae satisfacción y paz, posiciona a una persona para disfrutar plenamente de las bendiciones de Dios. Una vida agradecida también brinda una poderosa protección contra actitudes que disminuyen el gozo y el contentamiento.
Poder para Producir Buen Fruto
Resulta que, si tienes una “situación”, ¡Tienes algo por lo cual estar agradecido! Pablo escribe: “Den gracias en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18). Pablo toma la decisión de expresar gratitud intencionalmente, a pesar de cualquier situación desafiante con la que se pueda encontrar.
Un espíritu agradecido produce mayor bienestar. Dar gracias en todas las circunstancias puede brindar ventajas significativas a nuestra mente, cuerpo, actitudes y bienestar general. Lo beneficios de practicar la gratitud son promocionados regularmente por la industria de la salud y el bienestar. Los estudios muestran que la gratitud aumenta la resiliencia, fortalece las relaciones, mejora el sueño e incluso puede disminuir la ansiedad y la presión arterial.
Un espíritu agradecido produce gozo. Practicar la gratitud invita a la alegría a nuestra vida. No es el gozo lo que nos hace agradecidos, sino el agradecimiento lo que nos hace gozosos. La gratitud es el suelo en el que florece el gozo.
Un espíritu agradecido produce contentamiento. Pablo puede decir que ha aprendido a contentarse sin importar las circunstancias. ¿En qué circunstancias estaba cuando escribió eso? En prisión. Puede que aprender contentamiento no sea una lección fácil, pero conduce a una “gran ganancia” (1 Timoteo 6:6).
Poder para Protegerse del Fruto Malo
Adoptar una postura de gratitud durante un momento difícil no solo produce buen fruto; también nos protege de producir fruto malo. Es casi imposible detenerse en las dificultades y luchas que te rodean cuando te enfocas en las cosas buenas por las que estas agradecido. La gratitud puede protegernos contra la negatividad personal, evitando que produzcamos frutos podridos como la crítica, la queja y la comparación.
Un espíritu agradecido nos protege contra un espíritu crítico. David escribe y modela la gratitud por la protección y provisión de Dios. Esto se ve especialmente cuando baila de regreso a Jerusalén frente al Arca del Pacto mientras su esposa Mical mira con desdén por la ventana, la forma de celebración de David. David gira alrededor del Arca del Pacto con frenesí, su corazón lleno de gratitud. Él es una imagen de gozo incontenible. Mical, por otro lado, es la imagen de la amargura reprimida que estalla en desprecio. La esterilidad de su vida seguida de su diatriba es el fruto amargo de un espíritu crítico.
Un espíritu agradecido nos protege contra un espíritu quejumbroso. En lugar de quejarnos durante los momentos difíciles, podemos aprender a ofrecer verbalmente a Dios un sacrificio de acción de gracias. Es imposible quejarse y estar agradecido al mismo tiempo. Pablo, quien tiene muchas cosas de las que podría quejarse, si así lo deseara, escribe en cambio: “Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento”. (Filipenses 2:4-15)
Un Espíritu agradecido nos protege contra el espíritu de comparación. Una forma de destruir el contentamiento es participar en la comparación, lo que a menudo conduce a una sensación de derecho: el peligroso deseo de reclamar para uno mismo los privilegios otorgados a otro. Cuando comenzamos a agradecer a Dios por lo que tenemos, en lugar de compararnos con los demás, se abre la puerta a las bendiciones de Dios. Pablo reconoce esto y escribe: “Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie”. (Gálatas 6:4)
Practicar el Agradecimiento y Desatar la Gratitud
Entonces, ¿cómo podemos cultivar un espíritu de agradecimiento y desatar el poder de la gratitud en nuestras vidas? Si cantar en una prisión no suena como una buena opción para ti, aquí hay algunas otras formas de fomentar la gratitud:
- Al dar gracias antes de una comida, invita a los demás en la mesa a identificar algo por lo que están agradecidos.
- Comprométete a escribir una tarjeta de agradecimiento cada semana.
- Di “gracias” cuando alguien haga algo amable por ti, sin importar cuán pequeño o aparentemente insignificante sea el acto.
- Crea un frasco de gratitud, llénalo con pequeños recordatorios de las cosas por las que estás agradecido. Realiza depósitos diariamente. Saca un recordatorio cuando necesites aliento.
- Mantén un diario de gratitud de bendiciones, grande y pequeñas. Diariamente destaca una cosa por la que estás agradecido y publícala en las redes sociales.
La gratitud es una elección. Requiere práctica e intencionalidad, pero encontrarás que la postura de agradecimiento tiene un efecto dominó a lo largo de tu vida. Cuando damos gracias por lo que tenemos convierte lo que tenemos en suficiente y nos permite reconocer, celebrar y abrazar lo bueno.
Aprendamos a cultivar y practicar el agradecimiento en toda circunstancia. Podríamos sorprendernos al descubrir qué cosas buenas produce un corazón agradecido en nuestras vidas. ¡Demos Gracias!
Eddie Estep es Superintendente de Distrito, del Distrito Kansas City de la Iglesia del Nazareno.