Navidad en Canadá
Es un poco complicado describir la “Navidad en Canadá”. Al igual que en Estados Unidos y en otros países existen distintas culturas y tradiciones, ocurre lo mismo en Canadá. Las Marítimas (en el este), el Quebec francófono, el centro de Canadá, las Praderas, el Oeste, el Okanogan y la Costa son solo algunas de las regiones culturales de este a oeste. También hay distinciones entre norte y sur. Si a esto le sumamos nuestra dimensión multicultural, junto con las Primeras Naciones, resulta difícil caracterizar la “Navidad en Canadá”.
En esta reflexión, compartiré algunos recuerdos personales de mi hogar en la provincia de Ontario, incluyendo algunos aspectos que podrían describir universalmente la “Navidad en Canadá”.
Personalmente, algunos los mis recuerdos de mi hogar en Canadá que tienen que ver con la Navidad, incluyen los preparativos de la cantata del coro de la Iglesia y el programa infantil del domingos por la noche, antes del gran día. El domingo de Navidad, todos los niños de la escuela dominical recibirían un bonito regalo: una caja de chupetes. Nuestra iglesia realizaba una intensa labor de alcance entre los pobres de la ciudad, y ese era el único regalo que algunos de nuestros niños de la escuela dominical recibirían ese año.
Fui bendecido con un hogar donde disfruté de una cena familiar especial de Nochebuena y una celebración maravillosa el día de Navidad, que incluyó los mejores platos y velas. ¡Solo lo mejor para el nacimiento de nuestro Salvador! ¡Todo estaba coronado con pudín navideño, Johnny Cake (pan de harina de maíz) y pastel con carne picada (si, está hecho con carne de hamburguesa)! Era el único día del año en que para nosotros era “temporada abierta”, los cuatro niños disfrutábamos de Smarties (Barras de pastillas de dulce), nueces mixtas con cáscara, ilimitados cuadritos de pastel o dulce casero, dulce de leche y turrón de maní exhibidos y reabastecidos en las mejores bandejas por toda la sala. ¡Tengo maravillosos recuerdos personales de la Navidad en Canadá!
A nivel nacional existen varias tradiciones navideñas que pueden ser más universales. Algunas pueden ser exclusivas de Canadá.
Quizás más que en la mayoría de los países, una Navidad “verde” es una gran decepción en Canadá (?). Incluso los climas costeros más cálidos tienen un anhelo sentimental de una impecable “blanca” Navidad. Cuando era niño, una Navidad verde para mí significaba que no había hielo al aire libre para jugar hockey sobre un estanque, ni toboganes, o paseos en trineo o esquí. ¿Acaso hay algo mejor que disfrutar del aire libre en la gélidas temperaturas del Gran Norte Blanco? Bueno, ¡tal vez calentarse alrededor de un fuego chispeante!.
Por supuesto, existe en Canadá el “Boxing Day”, (Día de las Cajas), un día festivo oficial, el día después de Navidad. La tradición nos dice que el Boxing Day comenzó en Inglaterra como un gesto caritativo para darle a los “camareros” la oportunidad de celebrar un poco de la alegría navideña. El “personal de servicio” estaba ocupado atendiendo la celebración de los demás el día de Navidad. Entonces, en la Noche de Navidad, las sobras y las golosinas podían ser “empacadas” y disfrutadas al día siguiente (Boxing Day) por aquellos que habían estado trabajando durante toda la Navidad. A mi querida madre le encantaba el Boxing Day. Ella recibía a veinticinco personas en Nochebuena y Navidad. Por supuesto, la familia era bienvenida, pero también invitaba a cualquiera que ella pensara que pasaría solo este día. Ella podía dormir en una silla en la sala en Nochebuena porque habría dado cada cama, colchón inflable y sacos de dormir para que otros los usaran. Después que la multitud se dispersara la noche de Navidad, ¡disfrutar de las "sobras" el Boxing Day era una buena oportunidad para descansar y relajarse!
Otro elemento que muchos canadienses disfrutaban era escuchar el mensaje de la Reina el día de Navidad. En nuestra casa, incluso si estábamos abriendo regalos, cuando comenzaba el mensaje navideño de la Reina Isabel, se encendía la televisión y todo lo demás se detenía. Habría tiempo suficiente para abrir los regalos una vez que hubiésemos escuchado a la Reina. Que bendición fue escuchar un mensaje sagrado y bíblico del soberano de nuestro país el día de Navidad.
Al crecer en la Iglesia del Nazareno en Canadá, también apreciaba el servicio de vigilia de Año Nuevo. A las once en punto de la víspera de Año Nuevo, la congregación se reunía en el santuario para un mensaje de Año Nuevo, cantar himnos esperanzadores y tener un momento final de oración. A las 11:45 p.m., toda la Iglesia se agolpaba alrededor de los altares y, cuando sonaba la medianoche volvíamos a comprometer nuestras vidas y el año venidero a nuestro Señor. Lo llamamos “orar en el Año Nuevo”. Esta tradición comenzó como una práctica metodista en Gran Bretaña. Incluso John Wesley escribió una “Oración de Consagración” que pidió al pueblo metodista que ofreciera al comienzo de cada Año Nuevo. Terminaré con esta oración. Tal vez podría convertirse en parte de tu tradición la próxima temporada navideña:
No me pertenezco, soy tuyo.
Ponme donde quieras, asóciame con quien quieras.
Ponme a trabajar, ponme a sufrir.
Sea yo empleado por ti o desplazado por ti,
Exaltado para ti o humillado por ti.
Déjame estar lleno, déjame estar vacío.
Déjame tener todas las cosas, déjame no tener nada.
Libre y de todo corazón entrego todas las cosas
A tu voluntad y disposición.
Y ahora, oh Dios glorioso y bendito,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
Tú eres mío y yo soy Tuyo. Que así sea.
Y el pacto que hice en la tierra,
sea ratificado en el cielo Amén”.
Stan Reeder es Director Regional de la Región de EE.UU. y Canadá.