Como Leer el Nuevo Testamento
Los nazarenos creemos en las Sagradas Escrituras. Creemos que Dios, por Su inspiración divina, nos ha dado sesenta y seis libros a través de los cuales ha revelado infaliblemente Su voluntad con respecto a nosotros en todas las cosas necesarias para nuestra salvación. Como afirma de todo corazón nuestro acuerdo de Declaración Convenida de Fe, nuestra convicción es que estos libros “contienen toda la verdad necesaria para la fe y la vida cristiana”.[1]
Por lo tanto es importante no solo que leamos estos libros, sino que los leamos bien. Si los libros de la Biblia realmente nos han sido dados por inspiración divina y si realmente contienen toda la verdad necesaria para la fe y la vida cristiana, entonces queremos hacer todo lo posible para aumentar nuestra capacidad de captar sus significados y mensaje. ¿Pero cómo hacemos esto? ¿Cómo llegamos a ser competentes en leer bien las Sagradas Escrituras? ¿Cómo la leemos de manera que despierte nuestro afecto por Dios, aumente nuestra participación en Su misión y nos haga crecer en santidad de corazón y de vida?
Mi enfoque en este artículo está en los últimos veintisiete de los sesenta y seis libros, los libros del Nuevo Testamento. En nuestras Biblias modernas, estos son los libros que comienzan con el Evangelio de Mateo y se extienden hasta el último libro de la Biblia, Apocalipsis. En su libro de texto introductorio Descubriendo el Nuevo Testamento: comunidad y fe, un grupo de eruditos bíblicos nazarenos nos ofrece una guía útil sobre cómo leer bien estos veintisiete libros del Nuevo Testamento. Estos sabios maestros presentan un enfoque basado en tres perspectivas principales que podemos adoptar al estudiar cualquier pasaje del Nuevo Testamento. Cada perspectiva nos permite vislumbrar los diferentes “mundos” del texto: el mundo detrás del texto, el mundo dentro del texto y el mundo frente al texto.
El mundo detrás del texto se refiere al trasfondo histórico del mundo en el que vivieron y escribieron los autores humanos del Nuevo Testamento. Todos los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por personas que vivieron sus vidas en el Imperio Romano dentro de los primeros dos siglos de la Era Común. Todos estos escritores eran de etnia judía o estaban fuertemente influenciados por la historia del judaísmo. Todos sus escritos tienen como trasfondo la historia del pueblo de Israel en los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento. Además de estas características generales, cada libro del Nuevo Testamento tiene información histórica específica relacionada con él. Esto incluye información sobre el autor, la fecha en que se escribió el libro, la ubicación desde la que escribió el autor, la ubicación de los primeros destinatarios del escrito y los propósitos básicos del autor para escribir a los destinatarios. Cuando leemos el Nuevo Testamento, nuestras posibilidades de leerlo bien aumentarán si podemos mantener estos asuntos históricos en nuestro radar.
El mundo dentro del texto se refiere a sus características como pieza literaria. Como cualquier obra literaria, cada pasaje del Nuevo Testamento es un “género” o “tipo” literario propio. Por ejemplo, algunos libros del Nuevo Testamento como Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Hechos están escritos como narraciones. Se leen como historias; incluyen personajes, escenarios, tramas, comienzos, clímax y finales. Otros libros como Hebreos y Santiago están compuestos como cartas. Estas son correspondencias escritas de una persona a otra o a una iglesia y a menudo se escriben en respuesta a una situación específica que sucede en la vida (o vidas) de los destinatarios. Un libro del Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis es una obra de la literatura apocalíptica antigua. Como tal, combina elementos de escritura narrativa y escritura de cartas con escritura visionaria altamente simbólica. Cada uno de estos tipos de libros tienen sus propias “reglas” internas sobre cómo se estructura el contenido y cómo se comunica el significado. Como una extensa obra apocalíptica, Apocalipsis comunica el significado de una manera diferente al libro de Judas, una carta breve. Si bien creemos que Dios inspiró ambos libros, también reconocemos que son dos tipos muy diferente de literatura con estructuras y reglas literarias muy diferentes para transmitir sus mensajes. Saber qué tipo de literatura estamos leyendo y aumentar nuestra comprensión de cómo “funciona” cada género nos ayudará a leer bien el Nuevo Testamento.
Finalmente, el mundo delante del texto se refiere a nuestro mundo. Leemos bien los pasajes del Nuevo Testamento cuando los leemos con la intención de conectar sus mensajes con nuestras propias vidas. Esta perspectiva, por lo tanto, se enfoca en la aplicación práctica del texto para hoy. Aquí buscamos comprender las verdades contenidas en cada libro del Nuevo Testamento que son necesarias para la fe y la vida Cristiana en el siglo XXI. Leer bien desde esta perspectiva requiere conocernos bien a nosotros mismos, ya que todos aportamos nuestras propias experiencias de vida, suposiciones, sesgos, motivos y creencias a nuestra lectura. Dado que ese es el caso, leer bien, desde esta perspectiva también requiere humildad, cortesía y buena voluntad hacia las persona que pueden no leer el texto de la misma manera que nosotros. Todos estamos en diferentes lugares en nuestra lectura del Nuevo Testamento. En lugar de criticar a alguien por no trazar los mismos puntos de aplicación que trazamos, deberíamos tener como norma escucharnos amablemente y “considerar como podemos estimularnos unos a otros hacia el amor y la buenas obras” (Hebreos 10:24, NVI) a pesar de nuestras diferencias.
Aprender a leer bien el Nuevo Testamento es una búsqueda de toda la vida. Las perspectivas de los mundos detrás del texto, dentro del texto y frente al texto son nuestros compañeros de equipo en esa búsqueda. Al prestar atención a estas tres perspectivas, hagámoslo con la confianza de que Aquel que nos dio estos libros los usará para guiarnos a toda la verdad que necesitamos para vivir una vida de santidad hoy.[2]
Ryan Giffin es director de Archivos Nazarenos en el Centro de Ministerio Global.
[1] Manual de la Iglesia del Nazareno, 2017–2021, (Kansas City: Nazarene Publishing House, 2017), 37.
[2] Para obtener más información sobre los tres “mundos” involucrados en la lectura del Nuevo Testamento, consulte Alex Varughese, Roger Hahn, David Neale, Jeanne Orjala Serrao, Dan Spross y Jirair Tashjian, eds., Discovering the New Testament: Community and Faith (Descubriendo el Nuevo Testamento: Comunidad y Fe) (Kansas City: Beacon Hill, 2004), 39 – 60. Los tres “mundos” también sirven como estructura organizativa para cada volumen de la serie New Beacon Bible Commentary publicada por Beacon Hill Press y disponible en The Foundry Publishing (thefoundrypublishing.com/new -beacon-biblia-comentarios.html)