Consagración: Conocimiento y Confianza, Devoción y Pasión, Entrega y Servicio

Coram Deo es una expresión latina que significa que uno está ante el rostro de Dios. ¿Qué sucede cuando estamos en la presencia de Dios? En el capítulo 6 de Isaías, vemos al profeta ante Dios: Coram Deo. Esta experiencia provoca desesperación en Él. Frente al Señor, el estaba tan consciente de su impureza que pensó que no podría seguir viviendo. «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, el Señor Todopoderoso».

La Gracia de Dios al Regenerar a Aquellos Muertos en Pecado

La regeneración es un acto de Dios que por gracia, da nueva vida a aquellos que están muertos en pecado[1]. La organización de fe mundial identificada como la Iglesia del Nazareno acepta que Dios en su gracia da vida a aquellos que han estado espiritualmente muertos en pecado.

Formación Santa

James K. A. Smith abre su maravilloso e innovador libro sobre adoración y formación Desiring the Kingdom, (Deseando el Reino), invitando a los lectores a imaginar que antropólogos extraterrestres de Marte vienen a la tierra para estudiar todos los aspectos de la humanidad. Debido a que están especialmente interesados en lo que la humanidad adora y venera, siguen a un gran grupo de personas a lo que creen que es un santuario.

Santificación y Pecado Original

Reinhold Niebuhr afirmó una vez que el pecado original “es la única doctrina empíricamente verificable de la fe cristiana”[1]. Con esto quiso decir que solo necesitamos mirar la historia humana para creer en la realidad del pecado original. Esta doctrina se remonta al jardín del Edén, donde nos encontramos con nuestros primeros padres: Adán y Eva. En Romanos 3:23, Pablo dejó en claro que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.

Establecidos en Cristo

Dios que Santifica en Cristo

El término santificación no es una palabra distinta en el Nuevo Testamento griego. El significado de santificación, expresado por una serie de palabras, está relacionado con la santidad. El adjetivo “santo” se refiere principalmente a Dios. La santidad de Dios Padre es evidente en todo el Nuevo Testamento representada en Jesucristo y en el Espíritu Santo. Los santos son el pueblo de Dios, es decir, aquellos que le pertenecen, se relacionan con Él y son apartados por Él y para Él.

Una Comunidad Transformada por la Gracia

En los últimos años, una frase intrigante sobre las actualizaciones de relaciones en la redes sociales me ha llamado la atención: ¡Es complicado! No he sabido exactamente cómo interpretar esta frase ambigua. Supongo que puede describir una relación en apuros o tal vez la incertidumbre de uno con respecto a la naturaleza de una relación. Cuando nos encontramos con las historias de nuestros antepasados del Antiguo Testamento, es fácil imaginar que nuestros antepasados también podrían haber descrito el estado de su relación del pacto con el Señor como complicado.

La Iniciativa de Dios: Gracia Preveniente y Santificación

Para muchos de nosotros, la palabra “santificación”, como la palabra “justificación”, se refiere a un momento particular en la historia de la vida del cristiano. Pensamos en la justificación como ese momento cuando llegamos por primera vez a la fe y nuestros pecados son perdonados. En el último artículo de esta serie de tres, vimos que, si bien eso es correcto, la palabra justificación tiene mayor profundidad que eso[1].

El Mensaje de la Salvación Plena

Tengo muy gratos recuerdos de la Iglesia de Mozambique y de la forma en que moldeó mi vida. La iglesia del Nazareno en Mozambique invierte mucho tiempo en la enseñanza y la predicación de la santidad. Una o varias semanas de avivamiento de santidad eran normales y pretendían reavivar el interés, la pasión y la práctica de la santidad bíblica, tanto del corazón como de la vida. Estos avivamientos se centraban en tres áreas: la gracia preveniente, la gracia salvadora y la gracia santificadora.

Siga el Paso de Jesús

Nunca he vivido en una granja, nunca he ordeñado una vaca, nunca aré un campo, nunca esperé la cosecha. Soy un chico de ciudad. Esto me pone en desventaja algunas veces, cuando leo las parábolas e ilustraciones de Jesús en el Nuevo Testamento. Muchas de Sus imágenes en la predicación vienen de un contexto agrícola: el antiguo Israel era una sociedad agraria. Las personas no solo entendían sino que vivían sus vidas alrededor de las temporadas de siembra y cosecha.