Cerca del final de septiembre de 1895, Phineas Bresee fue despedido como pastor predicador en la Misión Peniel en el centro de Los Ángeles. Un año antes se había retirado voluntariamente de una exitosa carrera en la Iglesia Metodista Episcopal (M.E.C.) para poder predicar en la misión. Ahora, para su sorpresa, ¡estaba fuera! Peor aún, fue despedido por telegrama mientras realizaba avivamientos en el Alto Medio Oeste (en Estados Unidos) para la Asociación Nacional de Santidad. Sin discusión. Sin negociación. Solo estaba fuera.

Regresó a Los Ángeles sin un ministerio. Permaneció acreditado como pastor local en la M.E.C. y podría haber regresado al ministerio activo Metodista en la próxima conferencia anual, pero faltaban muchos meses para eso.

Entonces sus amigos intervinieron. Se reunieron con él y le dijeron que podrían formar una nueva iglesia. Le preguntaron si Bresee y el Dr. Joseph P. Widney estarían dispuestos a ser sus pastores si el plan seguía adelante. Bresee y Widney no tardaron en aceptar.

El primer servicio de adoración se llevó a cabo el 6 de octubre y la nueva iglesia se organizó formalmente el 20 de octubre.

H. Orton Wiley, quien conocía bien a Bresee, narra que durante dos semanas se presentaron una serie de propuestas para nombrar la iglesia. La palabra “Metodista” se presentó en la mayoría de ellas.

Sin embargo, el nombre elegido, fue uno propuesto por Widney. Un médico muy conocido en la ciudad, recientemente se había desempeñado como el tercer presidente de la Universidad del Sur de California. Había seguido a Bresee a la Misión Peniel, donde Widney se dedicaba a dar charlas semanales sobre la vida y las enseñanzas de Jesús.

Widney había pensado mucho en el nombre de la iglesia y pasó una noche entera orando por ese tema. Cerca de la mañana, un nombre se grabó en su mente y en su corazón. Fue “Iglesia del Nazareno”. Después de la discusión, la gente aceptó la propuesta de Widney, porque este nombre, nacido de la oración, significaba la identificación de la nueva iglesia con “la humilde y esforzada misión de Cristo”, que está cerca del “corazón afligido del mundo”.[1]

Stan Ingersol fue director de los Archivos Nazarenos. Se jubila en marzo de 2022.