Más que un edificio: La iglesia como morada del Espíritu de Dios

Más que un edificio: La iglesia como morada del Espíritu de Dios

Más que un edificio: La iglesia como morada del Espíritu de Dios

Cuando muchas personas escuchan la palabra "iglesia", la primera imagen que a menudo viene a la mente es la de un edificio: un campanario, vitrales, bancos. Pero la iglesia es mucho más que un edificio. En esencia, la iglesia es un pueblo, un organismo vivo, nacido del Espíritu Santo y enviado al mundo como el cuerpo de Cristo. Esta aclaración no disminuye el valor del espacio físico. El lugar importa profundamente.

La iglesia como Lugar

El prominente teólogo del Antiguo Testamento, Walter Brueggemann, enfatizó el profundo significado teológico del concepto de lugar. Sugirió que el lugar no es solo una ubicación geográfica o una realidad arquitectónica, sino algo que da forma a la memoria, fomenta la pertenencia y proporciona un contexto para la identidad y el apego emocional.

Tal vez haya un lugar donde usted haya experimentado la gracia de Dios de maneras que se convirtieron en momentos transformadores en su viaje espiritual. Esos encuentros sagrados ocurrieron en un lugar específico, y ese lugar probablemente se convirtió para usted en un espacio sagrado con un significado profundo.

Los edificios de la iglesia se convierten en lugares importantes donde se viven los ritmos de la adoración y la misión. El peligro es que el lugar pueda convertirse en un ídolo, y que los edificios puedan convertirse en un foco de adoración en lugar de un medio de adoración. La iglesia debe evitar reducir la fe a los bienes raíces.

Hace varios años, pastoreé una iglesia que se mudó a un edificio recién construido, a 8 kilómetros del lugar donde la iglesia se había reunído durante cincuenta años. Si bien el nuevo espacio cambió profundamente la forma en que la comunidad veía a la iglesia e incluso la forma en que la iglesia se veía a sí misma, no cambió el ADN de la iglesia. El edificio no es la iglesia, sino las personas.

La iglesia como Cuerpo

Pablo emplea la metáfora de la iglesia como el cuerpo de Cristo en varias ocasiones, más notablemente en Romanos 12 y 1 Corintios 12, donde habla de la iglesia como un cuerpo con muchas partes: diversas pero unidas, cada parte esencial, y todas vivificadas por el mismo Espíritu. Esta imagen nos recuerda que la iglesia no es solo una realidad espiritual, sino una encarnación visible y tangible de la presencia de Dios.

En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios se manifestó en el tabernáculo y más tarde en el templo, lugares específicos donde el cielo y la tierra se encontraban. En el Nuevo Testamento, el enfoque de la presencia de Dios cambia de un edificio a un cuerpo: la comunidad de creyentes.

Ser la iglesia es ser más que un grupo de personas que asisten los domingos. Es ser un pueblo lleno del Espíritu, unido por Cristo, que vive en el mundo como las manos y los pies, los ojos y la voz de Cristo. Como cuerpo de Cristo, la iglesia es un organismo vivo a través del cual Cristo continúa su misión en el mundo. Cada persona tiene un papel único, como las partes de un cuerpo, que trabajan juntas en amor, servicio y propósito, teniendo a Cristo como la cabeza. Cuando la iglesia alimenta al hambriento, da la bienvenida al extraño, abraza al pecador, busca justicia y perdona a los enemigos, realmente esta siendo el cuerpo de Cristo.

La Iglesia como Sacerdocio

La imagen bíblica de la iglesia nunca se refiere a una estructura, sino a un pueblo reunido en Jesucristo. En el Nuevo Testamento, la palabra griega ekklesia, que se traduce como "iglesia", se refiere a una asamblea o reunión de personas que han sido llamadas. Como lo dijo el apóstol Pedro, los creyentes son "un pueblo elegido, un real sacerdocio, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios" (1 Pedro 2:9).

La iglesia como sacerdocio de creyentes es una imagen hermosa. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes actuaban como mediadores entre Dios y el pueblo, ofreciendo oraciones y sacrificios en su nombre. Como sacerdocio real, a la iglesia le ha sido confiada responsabilidades santas: interceder por el mundo, proclamar el evangelio, cuidar de los pobres y ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios. La iglesia se encuentra entre Dios y el mundo, e invita al mundo a experimentar la gracia transformadora del Padre amoroso, y le pide al Padre que derrame Su gracia sobre el mundo. Este papel sacerdotal no se limita a los miembros del cuerpo ministerial o líderes de adoración, sino que pertenece a toda la comunidad. Cuando la iglesia se reúne, cada persona tiene un papel: cada uno trae sus dones espirituales para la edificación del cuerpo (Efesios 4:11-13).

La iglesia como Morada

Si bien la adoración es una obra importante de la iglesia, tal vez el papel distintivo de la iglesia es ser la morada del Espíritu Santo. Mientras nos reunimos, cada uno de nosotros trae el Espíritu que vive dentro de nosotros. Una luz brillante se une a otra luz brillante, y se une a otra luz brillante, hasta que la iglesia se convierte en una ciudad brillante ubicada en una colina.

En 1 Corintios 3:16, Pablo escribe: "¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?" Aquí puede ver que el pronombre "ustedes" es plural. Si bien el Espíritu de Dios vive en cada creyente de manera individual, Pablo no está hablando a individuos, sino a la iglesia reunida. La iglesia es ahora el templo del Dios vivo porque es el lugar en que el Espíritu habita. El Lugar Santísimo de los Santos ya no está detrás de un velo en Jerusalén, sino que está entre nosotros, dentro de nosotros, a través del Espíritu que nos une. La iglesia se ha convertido en el templo de Dios, ocupado por el Espíritu Santo.

Sí, vamos a la iglesia, pero lo que es más importante, somos la iglesia. La comunidad reunida, ya sea en catedrales o cafeterías, es la morada del Espíritu de Dios. Nuestra identidad no está ligada a un edificio, sino a Aquel que habita en y entre nosotros. Y dondequiera que vamos, llevamos esa presencia al mundo.

La iglesia es Hermosa

Mi esposa, Diane, y yo adoramos en una iglesia diferente casi cada semana, y lo hemos hecho durante casi veinte años. Esa es la experiencia de muchos superintendentes de distrito y cónyuges en la Región EUA/Canadá. Algunas de las iglesias con las que adoramos se están reuniendo por primera vez, y otras están celebrando su centésimo aniversario. Algunas son grandes, otras son pequeñas. Algunas tienen edificios impresionantes, y otras se reúnen en espacios alquilados, escuelas o en hogares.

Todas las iglesias son hermosas porque cada una es el cuerpo de Cristo reunido, redimido por la gracia, empoderado y habitado por el Espíritu Santo, quebrantado y derramado en amor y preparado para la misión.

Eddie Estep es el superintendente de distrito del Distrito South Central de Ohio

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