Leer la Biblia a la Manera Wesleyana
Todas las ramas de la iglesia cristiana histórica creen en la autoridad de la Biblia. La forma wesleyana de expresarlo está claramente explicada en un artículo de fe en el Manual de la Iglesia del Nazareno. El Articulo de Fe IV, Las Sagradas Escrituras, expresa nuestra creencia en la “inspiración plenaria” de la Biblia, lo que significa que los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento son completamente inspirados por el Espíritu Santo. Es decir, entán insipirados en su conjunto.
Pero eso deja una pregunta enorme. ¿Cómo los interpretamos? Está muy bien decir que las Escrituras tienen autoridad. Pero eso no significa que podamos seleccionar cualquier versículo que elijamos de forma aislada del resto de las Escrituras y hacerlo vinculante para nuestra doctrina o nuestra ética. ¡Eso es simplista y podría conducir a algunas consecuencias extrañas, o de hecho, terribles! Tenemos que llegar a un entendimiento de la enseñanza de la Biblia como un todo. En las últimas décadas, por lo tanto, los estudiosos de la Biblia y los teólogos han estado discutiendo la hermenéutica, la ciencia de la interpretación. La gran pregunta es: ¿Cómo interpretamos la Biblia?
Los wesleyanos podrían mirar particularmente la forma en que la Biblia ha sido interpretada en nuestra tradición wesleyana. Pero, por supuesto, John Wesley y aquellos que lo siguieron en el movimiento de santidad no estaban interesados en nuevas doctrinas o en una forma totalmente nueva de interpretar la Biblia. Wesley afirmó que su metodismo no era una religión nueva, sino “la religión antigua, la religión de la Biblia . . .”[1] El artículo IV, por lo tanto, articula lo que creemos que debería ser la visión de todos los cristianos.
El artículo afirma que los libros de la Biblia fueron dados “por inspiración divina” y, por lo tanto, “revelando infaliblemente la voluntad de Dios con respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra salvación”. La voluntad de Dios para nuestra salvación no puede ser descubierta por la razón o la filosofía humana sino sólo a través de los libros inspirados del Antiguo y Nuevo Testamento. Pero tenga en cuenta este propósito muy específico. La Biblia no es una enciclopedia de la ciencia. Si queremos saber sobre el universo, vamos al laboratorio o al Observatorio y estudiamos la creación de Dios. Sin embargo si queremos conocer al Creador y Su Voluntad “respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra salvación” vamos a la Biblia. Y en principio, creemos que, correctamente interpretados, estos dos no pueden estar en conflicto.
Sin embargo, esto todavía no responde a la pregunta, ¿Cómo interpretamos correctamente la Biblia? ¿Cómo llegamos a nuestras doctrinas y a nuestra ética? Para saber “todas las cosas necesarias para nuestra salvación”, necesitamos conocer la verdad acerca de Cristo, quien es Nuestro Salvador. Necesitamos saber qué significa decir que “murió por nuestros pecados”. Necesitamos saber acerca de Su resurrección y Su envío del Espíritu Santo. Necesitamos saber cómo obra el Espíritu santificador en nuestro corazón y en nuestra vida. Necesitamos saber cómo debemos vivir como cristianos, qué está bien y qué está mal.
En el Artículo IV, declaramos nuestra creencia de que “cualquier cosa que no esté contenida en ella [en la Biblia] no debe ser un artículo de fe”, lo que significa que nuestras doctrinas y ética deben basarse no solo en nuestras tradiciones, ni en nuestro razonamiento filosófico o científico, ni siquiera en nuestras experiencias espirituales, sino en la Escritura dada por Dios. No obstante, nuestra tradición wesleyana también dice (junto con otras tradiciones cristianas), que existe un papel positivo para la tradición, la razón y la experiencia. Es ser orientados por la tradición cristiana, usando nuestra razón santificada y a la luz de nuestra experiencia de vida del Espíritu como pueblo de Dios, que debemos interpretar la Escritura y saber cómo se aplica. La Escritura es la autoridad final, la “norma normativa”, pero la interpretamos a través de la tradición, la razón y la experiencia.
La interpretación de la Escritura es, por tanto, una tarea permanente del pueblo de Dios a lo largo de los siglos. La iglesia de Jesucristo está llamada a profundizar más y más en las inagotables riquezas de la Palabra de Dios tal como se revela en las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, a lo largo de los siglos, podemos ver un desarrollo continuo de la doctrina cristiana. La doctrina de Cristo como el que es verdaderamente Dios y verdaderamente humano, y la articulación de la doctrina de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, se desarrollaron más claramente en los primeros siglos. La Reforma trajo una comprensión más clara de la justificación por la fe y la centralidad de la cruz para toda la doctrina cristiana. Creemos que los Wesley trajeron una articulación más clara del camino de la santificación cristiana. Esta articulación es una tarea permanente.
Una de las formas más útiles de pensar en esto es la idea del “Círculo hermenéutico”. Al interpretar la Biblia, no solo nos movemos de las Escrituras a nuestra doctrina y ética. También tenemos que reconocer honestamente que llegamos a la interpretación de las Escrituras con nuestro marco doctrinal tradicional que ya da forma a nuestro pensamiento. La verdadera honestidad es permitir que nuestras doctrinas tradicionales sean cuestionadas a la luz de las Escrituras. ¡Que era de lo que se trataba la Reforma! Tradiciones enteras tuvieron que ser descartadas a la luz de un estudio fresco y honesto de las Escrituras. Sin embargo, podemos estar seguros de que los credos antiguos, que en realidad son un resumen de la historia del Evangelio del Nuevo Testamento, nos brindan la hermenéutica cristiana básica para las Escrituras cristianas.
Un erudito ha sugerido un modelo mejorado: la espiral hermenéutica[2]. ¡No queremos dar vueltas en círculos! tampoco queremos doctrinas completamente nuevas y diferentes. Pero queremos crecer en una comprensión cada vez más profunda de las Escrituras y lo que significa para nuestras vidas. Eso es cierto para nosotros como individuos y grupos. Pero también es cierto para toda la iglesia de Jesucristo. A lo largo de los siglos, nuestra comprensión del Dios Trino, del Señor Jesucristo y Su expiación y de la obra del Espíritu Santo, ha crecido a medida que las doctrinas se han refinado avanzado y profundizado.
Interpretar la Biblia en la lectura diaria de la Biblia con oración y mediante la absorción de la predicación bíblica es vital tanto para la iglesia como para cada cristiano. Necesita ser parte de nuestra vida diaria.
[1] Wesley agregó, “la religión de la iglesia primitiva, la religión de la Iglesia de Inglaterra”. Sermón 112, “Sobre la colocación de los cimientos de la nueva capilla”, II, 1. Obras, vol. 3, ed. Albert C. Outler (Nashville, TN: Abingdon, 1986), 585.
[2] Grant R. Osborne, The Hermeneutical Spiral (La Espiral Hermenéutica), IVP, 1991